«Ese estado perenne, quieto, senza fine (todo instante es eterno mientras dura) es del que habla Cuqui Guillén en la mayoría de sus cuadros: la alegría permanente de vivir, la sensualidad del verano, la vida dulce. Y es justamente esa sensación de eternidad, de estío interminable, el hilo que enlaza las distintas obras que Cuqui reúne en esta exposición, desde las más dulzonas e infantiles de “El pop de mami”, donde la maternidad y el recuerdo de la niña se mezclan en un caleidoscopio de colores y párvula alegría: juguetes, souvenirs, colores suaves, sonrisas y flores; hasta las más recientes como “Give me more”, donde la artista recupera la mirada pícara y erótica de sus anteriores etapas: metáforas afiladas de la sexualidad masculina, anuncios de cremas de afeitar, boxeadores, gallos, cohetes y orangutanes, pero sin dejar de lado nunca ese sentido del humor tan necesario en estos tiempos, ni esa mirada infantil tan valiosa para interpretar el mundo».
Lola Mascarell, Un instante sin final.